miércoles, 11 de septiembre de 2013

Egipto


Capital: El Cairo
Situado en el norte de África

De la cocina egípcea se tienen ya referencias en el antiguo testamento y en la época de los faraones, y tiene muchas similitudes con la cocina árabe. Al tener muchas zonas desérticas, el Nilo ha condicionado toda su gastronomía. La comida suele empezar con un plato de mezzes variados, ensaladas, salsas o purés de verduras y legumbres, que se acompañan de pan. El ingrediente más consumido es el arroz basmati, aromatizado o acompañado de carne, frutos secos o legumbres. Las carnes más consumidas son el cordero y el pollo, que se consumen tanto guisados como asados, como albóndigas o como relleno de pasteles y empanadillas. El pescado es poco consumido y, normalmente, solo se toma en zonas costeras. En general la comida es muy especiada y los postres muy dulces. El final de la comida suele prepararse con frutos secos, fruta, miel, harina, huevos y leche aromatizados. Para finalizar un buen café o refrescos preparados con hibisco, hinojo o canela, pondrán el colofón. Egipto huele a pimiento, cebolla, cilantro, lentejas, azafrán, comino, pimienta, canela, pollo, aceitunas, cordero, pasas, almendras, leche, agua de azahar, pistachos, hibisco y miel.

Mufalfal
Aperitivos variados
Arroz mashi
Bissap


Cuenta una leyenda que, cuando Egipto formaba parte del imperio otomano, un sultán turco que estaba de cacería en el delta del Nilo paró a descansar en una aldea. Sus habitantes, queriendo agradarle, le pidieron a la mejor cocinera del poblado que preparara algo para el visitante. La elegida fue la madre de Ali o Umm Ali, que buscó en su despensa e hizo un budin con pan, leche, huevos, frutos secos y canela, que hoy se ha convertido en uno de los postres más conocidos de Egipto. No es la única leyenda sobre la creación de este postre, pero quizás es la menos sangrienta. En la actualidad, muchas veces se sustituye el pan por hojaldre o pasta filo para darle un toque más crujiente.

Budin de pan

Ingredientes para 4 personas:













  • 25 g de almendras molidas
  • 25 g de pistachos pelados
  • 25 g de nueces
  • 1 cucharadita de pasas
  • 2 higos secos
  • 1 cucharada de agua de azahar
  • 40 ml de leche
  • 2 yemas de huevo
  • 50 g de azúcar
  • 1 cucharadita de maicena
  • 4 hojas de pasta brick
  • 1 cucharada de azúcar glass
  • 1 cucharada de canela
Salteamos los pistachos y las nueces en una sartén sin aceite durante medio minuto para potenciar sus aromas. Los machacamos de forma basta con un mortero y los mezcamos con la almendra molida, las pasas y los higos picados. Regamos con el agua de azahar y mezclamos bien.
Ponemos a hervir la leche con cuidado.
Batimos las yemas con el azúcar y la maicena hasta que queden cremosas. Con cuidado y sin dejar de remover, añadimos la leche. Devolvemos la mezcla a la cazuela y removemos sin dejar que llegue a hervir hasta que la mezcla espese. Retiramos del fuego.
Doblamos las hojas de pasta brick por la mitad y las horneamos a 200º C unos 2 minutos, hasta que se tuesten un poco.
Colocamos en un plato una hoja de pasta, espolvoreamos con 1/3 de la mezcla de frutos secos y regamos con 1/3 de la crema pastelera. Colocamos otra hoja de pasta, la aplastamos un poco y repetimos, hasta acabar con la 4ª hoja de pasta brick. 
Espolvoreamos con azúcar glass y canela y servimos en seguida.

No es el postre más bonito, pero su sabor es exquisito. بالهنا و الشفاء! (Bil hana desean shifa '!)